Nuestra Historia

“Cada día hay más farmacias
y menos librerías
y debiera ser todo al revés…”
Mario Llancaqueo

Fundada en 1991, por Mario Llancaqueo, La Crisis es una de las más antiguas librerías independientes de Valparaíso y un hito en la memoria emotiva y colectiva de esta ciudad. Los amantes de los libros de todo el mundo llegan a dar un vistazo y recorrer para sentirse parte por un momento, de este proyecto contracultural que desde la trinchera de los libros ha promovido el pensamiento crítico y las resistencias desde el goce y el amor por las letras, siempre soñando por un mundo mejor.

UNA VIDA DE LIBRERÍA EN LIBRERÍA

“La Crisis es la última etapa
de estas sucesivas librerías
que he tenido yo…”

La Librería Crisis es la última librería que Mario Llancaqueo abrió a lo largo de su vida, manteniendo el espíritu libertario en torno a los libros que siempre lo caracterizó e interpelando al contexto social del momento.

La primera de esta historia, fue Siqueiros, fundada en la década del 60’ e instalada en la Avenida Francia de Valparaíso, a los pies del Cerro Monjas.

Posteriormente, comenzando los años 70’ y el proyecto de la Unidad Popular, Siqueiros se muda a la Calle Condell, pleno centro de la ciudad y cambia de nombre a Nueva Era, convirtiéndose en un punto importante de lecturas y acción para aquellos años de entusiasmo.

El 11 de septiembre de 1973 un Golpe Cívico Militar quiebra la democracia en Chile con violencia escalofriante. Días más tardes, infantes de la Armada allanan la librería, roban sus libros y les prenden fuego, mientras su dueño, Mario Llancaqueo, pasa a engrosar las listas de personas buscadas por el régimen.

Diez años después y a cargo de su compañera, Margarita Espinoza, vuelven abrir una librería en calle Merced 350, frente al Teatro Ictus, en la ciudad de Santiago. La Librería Rucaray fue un espacio emblemático de la resistencia antidictadura, en un barrio que bullaba en distintas tramas de acciones culturales, talleres, ferias y arte de vanguardia.

Luego de constantes hostigamientos y persecuciones, finalmente Mario Llancaqueo y su familia deben salir del país y son asilados en Suecia como refugiados políticos

“En 1973, estábamos funcionando en un local pequeño en la calle Condell y cuando vino el Golpe Militar, por razones de militancia política, por razones del contenido de nuestra librería, nos allanaron. Llegó la policía, los marinos “ en camiones y vaciaron la librería… yo tengo guardado artículos del Diario El Mercurio, donde dice 8 toneladas de propaganda marxista fueron incautadas en la Calle Condell, en la librería que en ese tiempo se llamaba La Nueva Era…”.

 

LA CRISIS. UN RESPIRO EN LA LARGA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

En noviembre de 1991, Mario Llancaqueo, recién regresando del exilio junto a su familia, abre la Librería Crisis en pleno Barrio Almendral de Valparaíso.

Ubicada en Pedro Montt 2871, frente al Congreso Nacional, rápidamente se transformó en el refugio estratégico y amoroso para las conversaciones, el pensamiento crítico y las resistencias de todo tipo, obteniendo diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional por su sello distintivo que integraba identidad local, catálogo excepcional y compromiso por la visibilización de las temáticas indígenas.

El nombre elegido, era un homenaje a la emblemática Revista Crisis, dirigida por Eduardo Galeano en los oscuros años de las dictaduras latinoamericanas, pero también un guiño a toda una generación que veía el derrumbe de sus utopías y se enfrentaba a una eterna Transición Democrática llena de omisiones. Sin olvidar su profundo sentido etimológico que la palabra crisis ofrecía y sigue ofreciendo como cambio y posibilidad de renacer.

En el año 2021, Mario Llancaqueo fallece y la Crisis debe dejar su ubicación histórica donde permaneció durante 30 años. Su hija, Marilen, asume la posta de continuar el proyecto librero independiente y porteño en un nuevo barrio de la ciudad.

 

Mario Llancaqueo, fundador de Librería Crisis

1938, Wallmapu - 2021, Valparaíso

Mapuche del territorio de Victoria. A los dieciséis años llegó a Valparaíso a terminar su enseñanza media al Liceo Eduardo de la Barra con la ilusión de ser parte de las movilizaciones sociales que se gestaban en el Puerto.

 En la década del 60’ abre Siqueiros, su primera librería en la ciudad que, posteriormente, traslada a la calle Condell, frente a la Municipalidad de Valparaíso, en los bajos de los Almacenes Cori, rebautizándola como Nueva Era.

 En la Nueva Era, Mario Llancaqueo realiza una importante gestión cultural para la ciudad. Es representante de la Editorial Quimantú en la V región, participa en las Ferias Anuales de Arte de Valparaíso y poco a poco, logra consolidar un centro para la literatura y las ciencias sociales donde convergen estudiantes, jóvenes, artistas, escritores y la ciudadanía ávida de lecturas.

Este proyecto es violentamente truncado con el Golpe de Estado Cívico Militar. La librería es destruida y desde ese momento, Mario Llancaqueo debe refugiarse e huir del Puerto.

En la década de los 80’ logra abrir una nueva librería en Santiago. La Rucaray, ubicada en Merced 350, un punto importante para la resistencia cultural contra la dictadura militar participando en distintas iniciativas colectivas, como el Centro Cultural Mapocho, los Centros Culturales Mapuche Folilche Aflalai y Ad Mapu y también realizando publicaciones autogestionadas de poesía y de ciencias sociales.

Producto del intenso amedrentamiento y persecución vividos durante esos años que incluyó el apresamiento de su esposa, finalmente debe salir del país junto a su familia y es asilado por el gobierno de Suecia.

Años más tarde, retornando del exilio, decide volver a la ciudad que siempre amó por sobre cualquier lugar del mundo y abrir su cuarta y última librería, La Crisis que estuvo bajo su cargo durante 30 años. Un rincón maravilloso en torno al libro y la lectura que marcó a lo menos a dos generaciones de porteñas y porteños, valiéndole el reconocimiento internacional y nacional.

 

Gracias a Mario Llancaqueo con su espíritu generoso y comprometido, la ciudad de Valparaíso pudo tener un espacio de encuentro, conversaciones y fomento lector sin exclusiones ni arribismo intelectuales. Un verdadero hito en la memoria colectiva de la ciudad.